
Mercadeo
Obsolescencia Programada
Televisión Catalunya-Televisión Española
Docente: Alexander Varón
Presentado
por:
ADRIANA ARBELÁEZ
CAROLINA ESQUIVEL
JOSE GABRIEL GOMEZ
DIEGO MELENDEZ
Universidad de San Buenaventura-
Cali
Programa de Ingeniería Industrial
Santiago de Cali, Abril de 2015
Obsolescencia Programada
“Los fabricantes “provocan” la
inutilidad de productos para aumentar las ventas”.
La obsolescencia programada es la planificación del fin de la vida útil de un producto o servicio, es una estrategia determinada durante la fase de diseño por parte del fabricante.
Esta programación está afectando al mundo y a sus mercados, ya que en cierta medida es la condición que se les coloca a los fabricantes para poder comercializar sus productos, incluso en algunos casos para poderlo sacar al mercado; parte del posicionamiento que pueda llegar a tener un producto, en gran parte depende de la información que coloque el fabricante en el empaque, debido a esto puede despertar mayores preferencias en cierto sector del mercado.
Para el autor comprar, tirar y volver a comprar es la fórmula que pretenden imponer las empresas -(Castillo) 2013-, lo que evidentemente es igual a mayor cantidad de ventas y, por supuesto, de ganancias. El autor expresa que para las personas que son dueñas de estas empresas, no es tan descabellado el pensar que las personas deberían crear productos eternos, el problema es que los fabricantes no se han puesto a pensar en las consecuencias que esto genera en los consumidores, debido a que su economía es afectada obligando comprar productos con mayor frecuencia, al generar dependencia de la innovación.
"Los aparatos de hoy en día ya no duran como antes". Es una frase recurrente que, sin embargo, empieza a calar entre consumidores y expertos, que se cuestionan la existencia de la llamada "obsolescencia programada", una estrategia, ¿o no?, para incentivar el consumo consistente en fijar la vida útil máxima de un producto muy por debajo de lo que podría durar en realidad. La directora del Centro de Electrónica Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Teresa Riesgo, cree en la existencia de esta obsolescencia ya que, "la tecnología que hay detrás de ella es muy sencilla".
-Los expertos coinciden en que este deterioro de los productos debe ser progresivo. Teresa Riesgo cree que "es evidente que la obsolescencia se aplica a las baterías" porque "es muy raro" que de un día para otro necesiten ser recargadas con mucha frecuencia. Esta "muerte súbita es la que impulsa a muchos consumidores a reclamar a uno de los principales fabricantes de móviles en el mundo, cuyas baterías aguantan entre 200 y 300 ciclos de carga, lo que equivale a una vida media no superior a 18 meses.
Según Pedro Gómez, experto en estos elementos, "baterías y dispositivos electrónicos han ido creciendo en paralelo, cada uno empujando al otro a desarrollarse más" por lo que los requerimientos de energía de los nuevos dispositivos electrónicos provocan que las baterías siempre sean insuficientes pese a los progresos. Este crecimiento en espiral también se aplica a los ordenadores: los nuevos programas consumen la capacidad conquistada por los avances de los componentes.- El Día de Córdoba (2011)
Las principales empresas de electrónica de consumo se muestran reacias ante el asunto. Según Apple, dicha compañía "no tiene una postura sobre este tema porque no concedemos importancia a especulaciones así". Philips tampoco hace comentarios, pero subraya que sus productos "están basados en la calidad y en las necesidades del consumidor".
Historia
Lambea (2012) afirma - Que las bombillas fueron el primer producto víctima de la obsolescencia Programada -, la compañía Phoebus S.A fue el grupo de empresas pionero en aplicarla. En 1924, los principales fabricantes de bombillas, por aquel entonces Osram, Philips y General Electric entre otros, se sentaron a negociar en Ginebra para controlar la producción, intercambiar patentes y llegar a un acuerdo con el fin de acortar el tiempo de vida de las bombillas, que rondaba las 2.500 horas, 1.000 horas pareció un número razonable para garantizar su vida útil, de tal forma que se prohibió garantizar una duración por encima de ese período de tiempo. Incluso hoy se guardan documentos en los que aparecen las multas que las propias empresas se habían impuesto si la duración se superaba. Por supuesto, cuanto más duraran, más se penalizaba.
Después de haberse manifestado esta posición por parte de los fabricantes para darle una mayor sostenibilidad a las industrias, ya que si se producían estas bombillas que duraran tanto tiempo afectaría el nivel de empleo, y en su momento fue una solución para que se contratara un mayor número de personas para este tipo de fábricas. Aunque el problema no solo se queda en la generación o no de empleo, la pregunta es que se hace con todos estos deshechos tecnológicos los cuales todos los días desechan países desarrollados y a donde van a parar.
Situación actual
Actualmente, en el mercado se observa que los dispositivos electrónicos no tienen venta de repuestos ya que en el momento en que se termina su vida útil, se deben cambiar por otros más avanzados, y los fabricantes se están concentrando más en tener muchas versiones de un mismo producto, con algunas mejoras y evoluciones que van a permitir un mejor posicionamiento en el mercado, aumentando la producción y la competitividad, conduciendo a un consumismo mucho más constante, dentro del desarrollo de los productos.
En el caso de los electrodomésticos todos nacen con fecha de caducidad, entre cuatro y ocho años de vida, no obstante un refrigerador de los antiguos alcanzaba a durar tres décadas en nuestras familias, pasando de generación en generación.
Muchos de los objetos que manipulamos a diario como: teléfonos móviles, tabletas, computadores, electrodomésticos etc., son premeditadamente fabricados para que en un futuro cercano se tornen inservibles e inútiles, además este es un mecanismo para activar la economía y reducir la depresión que se presentó en los años 30.
Existen dos casos importantes para entender y comprender la implantación por parte de las empresas en la sociedad de consumo de lo que se llama Obsolescencia programada.
El primer caso: Adolphe Chaillet creó en 1985 en Shelby (Ohio) un filamento para que sus bombillas duraran el mayor tiempo posible. La única prueba de que hizo bien su trabajo es una de esas bombillas, que sigue luciendo en un parque de bomberos en Livermore (California) un siglo después de su fabricación. Con el rimbombante nombre de El Comité de la Bombilla, esta organización ha colocado una webcam para que cualquier visitante pueda verla a través de la página webwww.centennialbulb.org. La duración de ésta alcanza ya los 111 años.
El segundo caso: Casey Neistat se dio cuenta en 2003 de que la batería del reproductor de música iPod que se había comprado unos 8 meses antes no duraba más de una hora. Llamó al servicio técnico de Apple y ante la pregunta de si la empresa creada por Steve Jobs ofrecía un servicio de sustitución de la batería, la respuesta fue negativa. Le aconsejaron comprar un nuevo iPod.
En un sistema capitalista y una sociedad de consumo como la actual, el crecimiento económico lo es todo. Sin embargo, existen corrientes de pensamiento que no ven el crecimiento como la solución, sino como verdaderamente la raíz del problema. El economista francés Serge Latouche, defensor del decrecimiento, asegura que el crecimiento infinito no es compatible con un planeta finito y se lamenta de que si todos los ciudadanos del mundo consumieran como los norteamericanos o los europeos medios, los límites físicos del planeta se habrían sobrepasado ampliamente, no habría espacio para tantos deshechos. En su libro La apuesta por el decrecimiento ¿Cómo salir del imaginario dominante? destaca tres elementos cómplices de este sistema insostenible: la publicidad, el crédito y la obsolescencia programada.
La innovación va a ser un factor clave para la continuación del crecimiento tecnológico a nivel mundial, este proceso nos continua haciendo participes, dado a que somos personas víctimas de la sociedad de consumo, las cuelas cada vez nos guiamos por mayores tendencias, modas, por pertenecer a diferentes clases sociales, por necesidad o en ocasiones por capricho.
Mientras se siga consumiendo de esa manera, se van a seguir cuando más tecnologías y de menos duración ya que a menor grado de complejidad para los usuarios menor vida útil ya que estos tienen que abrir la necesidad a que la tecnología sea mejor a futuro y que pueda abrir mercados a más empresas a razón de que el capitalismo se siga sosteniendo.
Estas son las razones más fuertes en cuanto al sostenimiento de la Obsolescencia Global a nivel mundial y su imparable crecimiento, en que se han convertido en una sostenibilidad, para que las personas puedan vivir mejor, puedan ofrecer una mejor calidad de vida a sus familias y den una sostenibilidad económica a su país.
En parte se justifica su sostenimiento, ya que si una sociedad mantiene el consumo quiere decir que los productos que fabrique en serie, serán vendidos en su totalidad, sin el riesgo de que estos generen en algún momento perdidos. No óbstate al ser una fuente de ingresos, ha ayudado a estabilizar la economía de muchos países emergentes, debido que muchos de los países que actualmente invierten en conocimiento, demandan mano de obra en otros países, el problema es que se sostiene la economía, pero con unos salarios muy bajos, en el caso de la china.
Teniendo en cuenta el avance de la tecnología en los últimos años, los puestos de trabajo que ha creado a nivel mundial, el poder beneficiar a muchas personas alrededor del mundo, buscando productos cada vez más prácticos, los cuales ayuden a ahorrar tiempo, puesto que vivimos en una sociedad en la cual son más escasos los tiempos para compartir en familia, debemos ser conscientes del daño que se le está haciendo al medio ambiente con tanta innovación, no se debe olvidar que los recursos para explotar si son finitos y también tienen fecha de caducidad sino cuidamos el medio ambiente.
No somos ajenos a la crisis económica mundial, que se está viviendo actualmente, muchas fábricas han cerrado sus puertas puesto que ahora hay mayor nivel de competitividad y si bien es cierto que sobrevive la más fuerte en el mercado, también es importante el crear estrategias de sostenibilidad menos agresivas y más equitativas para encontrar un beneficio en común. Al ser consumidores tenemos la responsabilidad de cuidar los productos, para que su vida útil sea más larga, esto aplicado a las recomendaciones que hacen los fabricantes en los productos, muchas veces no se leen con cuidado los manuales de instrucciones elaborados por los mismos, y se pueden dañar estos artículos por no tener cuidado en su manipulación, puesto que algunos de estos artículos se dañan por que los consumidores no tienen cuidado.
Los medios de comunicación ejercen un papel protagónico para el consumismo a nivel mundial, se deben conservar los criterios de decisión, antes de ser manipulados al momento de comprar los bienes que se necesiten, si bien es cierto que la publicidad domina el mercado, nos compromete aún mucho más a que debemos ser responsables a la hora de consumir y no ser dominados por las emociones al momento de comprar.
Como consumidores tenemos derecho a que los productos que se nos vendan sean de calidad, por eso es tan importante conocer nuestros derechos, como la garantía en los productos, debemos saber en qué momento utilizarla, a veces por desconocimiento de las leyes se incurre en comprar un artículo nuevo.
Colombia tiene un bajo poder de consumo debido a su situación económica, por lo tanto las personas deben invertir más en bienes electrónicos necesarios, en alimentación, en vivienda, en educación, antes que en innovación tecnológica, debido a que no se puede descuidar una calidad de vida por una moda o una tendencia
Conclusión:
La obsolescencia programada es una estrategia utilizada por la empresas que tiene como objetivo incrementar las ventas de los productos reduciendo su vida útil, esto de la mano constante de la innovación y avances tecnológicos que se desarrollan a diario en el mundo, cabe concluir que este sistema trae mucha satisfacción para muchos pero para otro campo como el área ambiental es un constate problema debido a que todos los residuos que se están generando por la constate renovación de los productos genera contaminación al medio ambiente.
Otra conclusión a las que llega el documental ‘Comprar, Tirar, Comprar’ de Cosima Danoritzer anteriormente citado, y que, dicho sea de paso, cuenta con numerosos premios nacionales e internacionales, es que para detener la bola gigante que va creciendo alimentada por la sociedad de consumo habría que valorar el coste real de los productos. Si se tuviera en cuenta, por ejemplo, el transporte, las materias primeras, las emisiones de dióxido de carbono que generan los deshechos, etc. el coste de los bienes sería mucho mayor y dejaría de ser rentable para las empresas fabricar algo que no tuviera la máxima calidad, durabilidad y sostenibilidad posible para el medio ambiente.
David Trillo, profesor y Doctor en Economía en la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, afirma que la sociedad de consumo no tiene por qué ser “el modelo último”, si bien ve poco probable en la actualidad un sistema distinto al capitalismo. En los 80, asegura, las entidades financieras estaban muy controladas y los productos que las empresas ponían en el mercado pasaban rigurosos controles de calidad, haciendo referencia a la obsolescencia programada. “Tanto la primera como la segunda característica no se cumplen ahora mismo”. Al ser preguntado por el nivel de complicidad que la obsolescencia programada provoca en los consumidores, contentos a veces de poder renovar sus productos por el mero hecho de consumir algo nuevo, asegura que en el contexto actual de crisis, esto sucede escasamente. “Cómplices son aquellos que pueden permitírselo, pero en lugares como Cuba, por ejemplo, el efecto es inverso. Cuando algo se rompe, no importa el tiempo que tengan que invertir en arreglarlo, utilizan el ingenio para ello”.
Biografía:
· Comprar, tirar, comprar. La historia secreta de la obsolescencia programa. Documental. Vía Youtube. Dirigido por Cosima Dannoritzer y coproducido por Televisión Española.
· Obsolescencia programada: teléfonos móviles, ordenadores, bombillas o televisores con los días contados. Amberto Lambea.
· LA APUESTA POR EL DECRECIMIENTO. SERGE LATOUCHE 1ª edición en francés: 2006. Traducido al castellano en ICARIA (mayo 2009).
· Periódico EL día - De Córdoba Madrid (2011). Aparatos eléctricos con fecha de caducidad